Entradas

Mostrando las entradas de 2014

Habia una vez "Barro tal vez"

Imagen
Si no canto lo que siento me voy a morir por dentro he de gritarle a los vientos hasta reventar aunque sólo quede tiempo en mi lugar si quiero me toco el alma pues mi carne ya no es nada he de fusionar mi resto con el despertar aunque se pudra mi boca por callar ya lo estoy queriendo ya me estoy volviendo canción barro tal vez....  y es que esta es mi corteza donde el hacha golpeará donde el río secará para callar ya me apuran los momentos ya mi sien es un lamento mi cerebro escupe ya el final del historial del comienzo que tal vez reemprenderá si quiero me toco el alma pues mi carne ya no es nada he de fusionar mi resto con el despertar aunque se pudra mi boca por callar ya lo estoy queriendo ya me estoy volviendo canción barro tal vez...  y es que esta es mi corteza donde el hacha golpeará. Alberto Spinetta  Ella es simplemente Laura y tiene una vida dividida en dos, de marzo a diciembre es coordinadora de la escuela de

Hector Crestanello, un artesano con historia.

Imagen
  Con sesenta años recién cumplidos, Hector Crestanello junto a Laura, su compañera de vida   me recibió en su casa ubicada en pleno Tigre. Me invito a pasar y lo primero que hizo fue mostrarme su pequeño taller, lleno de distintos moldes y cientos de cortes con diferentes medidas. Allí pasaron delante de mis ojos las réplicas en miniatura de lanchas de pasajeros, chatas y canoas isleñas. Mas  allá  de los pequeños detalles que Hector no omite en sus obras, poniendo en ellas toda su  dedicación , lo que mas prevalece en esa entrega diaria, es el amor que este artista tiene en cada obra que sus manos crean paso a paso.Él mismo comienza a compartir su historia sin que exista pregunta que requiera una respuesta, y es  así  como comienza a relatarme parte de su vida. — Nací acá en Tigre, en la calle Rocha, el veintidós de junio de mil novecientos cincuenta y cuatro. Fui a la escuela N°2 Bernardino Rivadavia hasta sexto grado nomas, porque en ese tiempo no existía séptimo grado. —

El juncal

Imagen
El arroyo amanece con su lecho prácticamente al desnudo, las márgenes se extienden como si la costa se hubiera ensanchado y el arroyo se hubiera empequeñecido. José se levanta temprano como todos los días, matea con la patrona acompañando los verdes con pan casero calentito. El sol aun remolonea entre el monte cuando se sube a la canoa y emprende su marcha hacia el Guazú.  Su andar es un poco lento pero continuo, la bajante sigue firme, en el camino ve a algunos biguás haciéndose un festín con los peces que no pueden escapar de entre el juncal, en una lucha desigual. El silencio es roto por el sonido de los toletes que se quejan al compás de cada remada, a lo lejos se escucha un villa, José adivina que es algún vecino remontando la corriente del Guazú, seguramente costeando la margen entrerriana piensa.  Cuando la canoa rompe las aguas del gran río, es arrastrada por unos segundos casi de costado, hasta que la endereza con un par de remadas y la arrima contra la costa, donde la corre

Nuestra página en Facebook

Imagen
También estamos en Facebook, para compartir con mas amigos todas nuestras publicaciones. La idea no es solo compartir imágenes de nuestro Delta, creemos que podemos darles contenido, porque detrás de cada imagen, también hay una historia.

Mi lugar en el mundo

Imagen
Nací en un lugar en el mundo, en un mundo de  pocos y descubierto por muchos. Donde a veces el río te acuna y te pinta los mejores cuadros sin acuarelas, con tonos no inventados. Un lugar donde el río es amigo del sol, del cielo, de la luna y del viento. Donde la imaginación no alcanza para tanto y tanto no se puede describir con palabras Porque las palabras se disuelven en su tinta, cuando intentan reflejar colores que están, pero que parecen no existir. Donde el cielo comienza y muere en un espejo infinito, y donde el río se extiende entre nubes de algodón.   Donde volar depende solo de nuestra capacidad de imaginación…   En el mundo de un Venecia que queda lejos,donde la espera, espera a la calma y a los silencios que no son infinitos…pero si eternos. Donde no se sabe donde acaba tanto río, entre tanto verde y tanta vida inimaginable.   Donde a veces hasta el sol parece perderse, adormecido por ese lugar de ensueño. Un lug

De la misma madera

Imagen
Cuando la pasión se entrelaza con las imágenes, la magia es posible y la cámara congela en la memoria eterna de una foto, un momento sublime. Sentimos que surcamos las aguas navegando juntos a algún sitio o ninguno ¿Que importa el destino, si la pasión es la misma? De ida o de vuelta, el olor a río es el mismo, el sonido rugiendo en la nada de un marrón  tierra y de un verde inacabable que no tiene fin, se siente en las mismas venas, como si el agua fuera parte de nuestra sangre. A veces el río parece un estadio y nosotros hinchas que levantamos la bandera de una empresa o de otra.Pero la madera que nos une tiene el mismo color que amamos y brilla siempre.... mas allá de la ausencia del sol.

Los servidores del Delta

Imagen
Nuestra isla tiene sus peculiaridades y algunas llaman la atención mas que otras. Creo que en ese orden, lo mas llamativo para quien visita nuestro Delta, son las lanchas almaceneras. Estas lanchas, recorren ríos y arroyos llevando todo tipo de  mercadería de almacén, verdulería, carnicería, productos de limpieza, pan, garrafas, carbón y todo lo necesario para vivir en la isla. Hay canoas isleñas, chatas de madera, fierro y alguna que otra lancha de pasajeros destinada a esta tarea. Estas embarcaciones son equipadas con estanterías, balanzas, heladeras,  freezers y todo lo necesario para que la  mercadería llegue a destino en condiciones optimas. Una tarea muy grata, pero muy sacrificada. Si uno se interna en la primera sección, no es raro encontrarse en el camino con mas de una de estas lanchas, chatas o barcos, circulando o parando en algún muelle para atender las necesidades de sus clientes. Pero no sucede lo mismo cuando cruzamos el Parana de las Palmas y nos va

Sentimiento Isleño

En este tiempo la isla se transformó en un sinónimo de imágenes congeladas de atardeceres y amaneceres bañados siempre por las aguas de un rio. Fotos que muestran la belleza de un sitio que visto de esa manera siempre se ve como el edén y tal vez lo sea. Pero la isla es mucho más que eso, no es siempre un restaurante ubicado en la primera sección de Tigre, tampoco lo son las lanchas lujosas navegando caprichosas por cualquier lado y menos aún los pescadores fortuitos que buscan la suerte en un par de pescados. La isla se extiende hacia acá de una manera y hacia allá de otra muy distinta. Allá donde las casas de fin de semana cada vez son menos y comienzan a aparecer pontones, guigues, piraguas o chatas con madera, la isla no es la misma y comienza a verse al isleño con sus botas de campo aferrando una motosierra o una simple guadaña. En ese sitio se acaban las huellas del Delta y comienzan los senderos del monte, esas que también camina el carpincho en las noches, mientras el isleño d

Matices..

Imagen
Los matices de nuestro delta no solo se aprecian en las tonalidades de tantos verdes, cuando nos adentramos por las aguas marrones, un tanto más revueltas en la primera sección, zona más conocida por ser las Islas del Tigre. Nos encontramos con construcciones casi en su mayoría de material, los muelles con sus nombres, pintados prolijamente, alineados uno al lado del otro, en una fila interminable, los jardines con el césped impecable, el ligustro podado delineando límites inventados. Botes de club y lanchas de pasajeros circulando de un lado a otro, incansables. Recreos, restaurantes, zonas de camping, dedicados a explotar el turismo.  Pero todo esto va cambiando casi de una manera abrupta cuando cruzamos el Paraná, entonces las casas ya no están tan juntas y ya no son todas de material, los muelles dejan de tener nombres, los jardines no son tan prolijos. Los botes de club van desapareciendo y en su lugar comienzan a avistarse canoas isleñas, muchas de plástico y algunas

La voz de un amigo

Sentí la voz de un amigo que se elevo en la lejanía de la distancia,reclamando por la tierra,por el agua,por el río,por la vida.​ Sentí ese grito como propio,mi sangre corrió mas fuerte por mis venas,como correntada de río. Se de que habla mi amigo, nací entre ríos,conozco de remolinos y correntada me sentí vivo tantas veces como mi memoria me recuerda las aguas mansas que me llevaron adonde quise. Río de margenes sin dueño,de agua dulce, marrón como la tierra misma,comparado con metales preciosos,te hiciste llamar del Plata,Parana,Iguazu, cambiaste de nombre tantas veces como quisiste, trajiste el grito de un amigo desde el mismo San Juan y hoy su grito es el mio…y el de todos.​ Hoy el grito baja raudo entre las aguas,pidiendo auxilio,hablando de cordilleras,de esperanza e ilusiones, devastadas por la ignorancia de la riqueza,que ciega solo mira para afuera,mientras adentro el río baja despacio,herido,lastimado,con sus aguas teñidas de un futuro incierto,donde el río tal vez ca

Espejo de río

Imagen
La luna te llena de sombras decorativas y vos le devolves una  pincelada bañada en oro. Tu sendero espejado es de mentiras, la luna descansa en tu lecho y las estrellas lejos de apagarse, decoran tu espejo. Tu cielo es perfectamente imperfecto y  las estelas interrumpen el camino de alguna estrella que se quiere fugar. Quisiera dormir en tu lecho y usar la luna de almohada. Pero tengo miedo de no despertar y convertirme en el eterno reflejo de tu correntada. Me contaron que el sol duerme en tus aguas, mientras la luna vela por su sueño colgada del cielo. En las noches espejo de cristal y durante el día un profundo tesoro de plata. Tus aguas son mi río, ese que no olvido, aunque nunca sean las mismas, en ellas se reflejan mis sueños y así hoy te recuerdo.

El viejo y el río

El viejo clava la vista a lo lejos, como buscando alguna señal en el río, hace días que el viento venia soplando del sur y la bajante seguía firme, pero ahora algo cambio, el agua se ve extrañamente quieta y el silencio de la isla le da cierto misterio al asunto. No se ve ningún camalote flotando cerca que le de algún indicio de la dirección de la corriente, entonces el viejo se agacha, levanta un pedazo de casuarina del piso y comienza a caminar en dirección al muelle. Se detiene justo en el borde, mientras su brazo dibuja un arco, en un movimiento que nace en su espalda y muere exactamente delante de él, arrojando por el aire el palito de madera que había recogido antes. Lo sigue con su mirada hasta que metros más adelante ve como produce un estallido en el agua; aguarda a que se detenga en su impulso y lo observa por un par de minutos. Mientras aprovecha para armarse un cigarro, todavía le queda tabaco para unos días más. Esta a miércoles y Cachito no volverá a pasar con su lancha