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Silvio Francini, el pintor del Delta

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Sus obras inundan como una marea distintas redes sociales, sus trabajos reflejan esa mirada que marcan la diferencia entre lo tangible y lo intangible. Porque con sus pinceladas logra transmitir las sensaciones de nuestros ríos e islas de una manera única y es asi como podemos sentir a través de sus obras esa increíble sensación de estar allí, en ese muelle, en esa lancha, en ese río. Por esa virtud infinita se ha ganado el seudónimo del “Pintor del Delta” como una forma de definición de quienes lo admiran. Pero toda esa magia no es solo parte de sus trabajos, es también parte del hombre amable, conversador y sensible que hace de Silvio Francini una persona con la que uno se quedaría hablando quien sabe hasta cuándo. Eso es lo que siento mientras juntos recorremos mate en mano su atelier ubicado en Victoria. ─ ¿Cómo comienza tu relación con la pintura? ─ De chiquito sufría mucho del asma y mi mama para distraerme me compraba libros para colorear. Tendría cinco o seis años y

Bandoneon abordo

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Barquito de papel,  sin nombre, sin patrón  y sin bandera,  navegando sin timón  donde la corriente quiera.  Aventurero audaz,  jinete de papel  cuadriculado,  que mi mano sin pasado  sentó a lomos de un canal.  Uno podría quedarse inmóvil, contemplando la belleza de ese barquito que no es de papel, pero si aventurero y audaz. Dicen que en la vida nada sucede por casualidad, entonces todo tiene sentido, en una conjugación de sumatorias matemáticamente perfectas: un barco, el río, la isla, una flor, un bandoneón y Ariel Hernández; excepto que esta ecuación no tiene un resultado, sino dos: Bandoneón abordo y Flor de Ceibo.  La magia sucede en el río, porque esto pasa en el Delta y en este lugar todo ocurre en el agua, la escena nos muestra un símbolo navegando con su nombre grabado en sus maderas "Flor de Ceibo" y a un hombre dibujando en el aire acordes arrabaleros con su "Bandoneon abordo" El barco se muev

Habia una vez "Barro tal vez"

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Si no canto lo que siento me voy a morir por dentro he de gritarle a los vientos hasta reventar aunque sólo quede tiempo en mi lugar si quiero me toco el alma pues mi carne ya no es nada he de fusionar mi resto con el despertar aunque se pudra mi boca por callar ya lo estoy queriendo ya me estoy volviendo canción barro tal vez....  y es que esta es mi corteza donde el hacha golpeará donde el río secará para callar ya me apuran los momentos ya mi sien es un lamento mi cerebro escupe ya el final del historial del comienzo que tal vez reemprenderá si quiero me toco el alma pues mi carne ya no es nada he de fusionar mi resto con el despertar aunque se pudra mi boca por callar ya lo estoy queriendo ya me estoy volviendo canción barro tal vez...  y es que esta es mi corteza donde el hacha golpeará. Alberto Spinetta  Ella es simplemente Laura y tiene una vida dividida en dos, de marzo a diciembre es coordinadora de la escuela de

Hector Crestanello, un artesano con historia.

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  Con sesenta años recién cumplidos, Hector Crestanello junto a Laura, su compañera de vida   me recibió en su casa ubicada en pleno Tigre. Me invito a pasar y lo primero que hizo fue mostrarme su pequeño taller, lleno de distintos moldes y cientos de cortes con diferentes medidas. Allí pasaron delante de mis ojos las réplicas en miniatura de lanchas de pasajeros, chatas y canoas isleñas. Mas  allá  de los pequeños detalles que Hector no omite en sus obras, poniendo en ellas toda su  dedicación , lo que mas prevalece en esa entrega diaria, es el amor que este artista tiene en cada obra que sus manos crean paso a paso.Él mismo comienza a compartir su historia sin que exista pregunta que requiera una respuesta, y es  así  como comienza a relatarme parte de su vida. — Nací acá en Tigre, en la calle Rocha, el veintidós de junio de mil novecientos cincuenta y cuatro. Fui a la escuela N°2 Bernardino Rivadavia hasta sexto grado nomas, porque en ese tiempo no existía séptimo grado. —

El juncal

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El arroyo amanece con su lecho prácticamente al desnudo, las márgenes se extienden como si la costa se hubiera ensanchado y el arroyo se hubiera empequeñecido. José se levanta temprano como todos los días, matea con la patrona acompañando los verdes con pan casero calentito. El sol aun remolonea entre el monte cuando se sube a la canoa y emprende su marcha hacia el Guazú.  Su andar es un poco lento pero continuo, la bajante sigue firme, en el camino ve a algunos biguás haciéndose un festín con los peces que no pueden escapar de entre el juncal, en una lucha desigual. El silencio es roto por el sonido de los toletes que se quejan al compás de cada remada, a lo lejos se escucha un villa, José adivina que es algún vecino remontando la corriente del Guazú, seguramente costeando la margen entrerriana piensa.  Cuando la canoa rompe las aguas del gran río, es arrastrada por unos segundos casi de costado, hasta que la endereza con un par de remadas y la arrima contra la costa, donde la corre

Nuestra página en Facebook

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También estamos en Facebook, para compartir con mas amigos todas nuestras publicaciones. La idea no es solo compartir imágenes de nuestro Delta, creemos que podemos darles contenido, porque detrás de cada imagen, también hay una historia.

Mi lugar en el mundo

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Nací en un lugar en el mundo, en un mundo de  pocos y descubierto por muchos. Donde a veces el río te acuna y te pinta los mejores cuadros sin acuarelas, con tonos no inventados. Un lugar donde el río es amigo del sol, del cielo, de la luna y del viento. Donde la imaginación no alcanza para tanto y tanto no se puede describir con palabras Porque las palabras se disuelven en su tinta, cuando intentan reflejar colores que están, pero que parecen no existir. Donde el cielo comienza y muere en un espejo infinito, y donde el río se extiende entre nubes de algodón.   Donde volar depende solo de nuestra capacidad de imaginación…   En el mundo de un Venecia que queda lejos,donde la espera, espera a la calma y a los silencios que no son infinitos…pero si eternos. Donde no se sabe donde acaba tanto río, entre tanto verde y tanta vida inimaginable.   Donde a veces hasta el sol parece perderse, adormecido por ese lugar de ensueño. Un lug